Agrupación
Anti Bullying
¿Qué es?
Es
una palabra proviente del vocablo holandes que significa acoso.
El primero que empleó el término
"bulliing" en el sentido de acoso escolar en sus
investigaciones fue Dan Olweus, quien implantó
en la década de los '70 en Suecia un estudio a largo plazo que culminaría con
un completo programa antiacoso para las escuelas de Noruega.
Anteriormente
esta palabra no era tan comentada, pero debido al incremento alarmante en casos
de persecución y agresiones que se están detectando en las escuelas, lo que lleva
a muchos escolares a vivir situaciones verdaderamente aterradoras, es que ahora
se esta hablando más del tema.
El
bullying esta presente en casi cualquier lugar, no es exclusivo de algún sector
de la sociedad o respecto al sexo, aunque en el perfil del agresor sí se
aprecia predominancia en los varones. Tampoco existen diferencias en lo que
respecta a las víctimas.
El agresor acosa a la víctima cuando esta solo,
en los baños, en los pasillos, en el
comedor, en el patio. Por esta razón los
maestros muchas veces ni por enterados estan.
Sin
embargo no se trata de un simple empujón o comentario, se trata de una
situación que si no se detiene a tiempo puede provocar severos daños
emocionales a la victima.
Esta
práctica que se vuelve frecuente en los niveles de secundarias y preparatorias públicas
o privadas de México, en otras partes del mundo se esta adaptando a la tecnología
dando como resultado el cyber bullying, es decir, el acoso a través de Internet
específicamente en páginas web, blogs o correos electrónicos.
El bullying y sus tipos
Parece que no pero realmente es muy frecuente los casos de acoso entre los niños, en carne propia muchos padres de familia hemos vivido esa experiencia entre nuestros hijos, sin saber que decir y como actuar.
Tipo de Bullying
Sexual: Es cuando se presenta un asedio,
inducción o abuso sexual.
Exclusión social: Cuando se ignora, se
aísla y se excluye al otro.
Verbal: Insultos y menosprecios en público para
poner en evidencia al débil.
Psicológico: En este caso existe
una persecución, intimidación, tiranía, chantaje,
manipulación y amenazas al otro.
Físico: Hay golpes, empujones o se organiza una
paliza al acosado.
Causas y consecuencias del
bullying
Personales: Un niño que actua de
manera agresiva sufre intimidaciones o algún tipo de abuso en la escuela o en
la familia.
Adquiere esta conducta cuando es frecuentemente
humillado por los adultos.
Se siente superior, ya sea porque cuenta con el
apoyo de otros atacantes o porque el acosado es un niño con muy poca capacidad
de responder a las agresiones.
Familiares: El niño puede tener actitudes agresivas como una forma de expresar
su sentir ante un entorno familiar poco afectivo, donde existen situaciones de
ausencia de algún padre, divorcio, violencia, abuso o humillación ejercida por
los padres y hermanos mayores; tal vez porque es un niño que posiblemente vive
bajo constante presión para que tenga éxito en sus actividades o por el
contrario es un niño sumamente mimado.
Todas estas situaciones pueden generar un
comportamiento agresivo en los niños y llevarles a la violencia cuando sean
adolescentes.
En la escuela: Cuanto más grande es
la escuela hay mayor riesgo de que haya acoso escolar, sobre todo si a este
factor se le suma la falta de control físico, vigilancia y
respeto; humillación, amenazas o la exclusión
entre personal docente y alumnos.
Por otro lado los nuevos modelos educativos a
que son expuestos los niños como la ligereza con que se tratan y ponen en
practica los valores , la ausencia de límites y reglas de convivencia, han
influenciado para que este tipo de comportamiento se presenten con mayor
frecuencia.
Consecuencias para el o los agresores
Pueden
convertirse posteriormente en delincuentes, la persona se siente frustrada
porque se le dificulta la convivencia con los demás niños, cree que ningún
esfuerzo que realice vale la pena para crear relaciones positivas con sus compañeros.
Consecuencias para la víctima
Evidente
baja autoestima, actitudes pasivas, pérdida de interés por los estudios lo que
puede llevar a una situación de fracaso escolar, trastornos emocionales,
problemas psicosomáticos, depresión, ansiedad, pensamientos suicidas,
lamentablemente algunos chicos, para no tener que soportar más esa situación se
quitan la vida.
¿Cómo se comporta un agresor y
la víctima?
•
Quienes
ejercen el bullying lo hace para imponer su poder sobre el otro logrando
con ello tenerlo bajo su completo dominio a lo
largo de meses e incluso años.
• El niño o varios de
ellos, comúnmente en grupo, constantemente tienen actitudes
agresivas y amenazantes sin motivo alguno
contra otro u otros niños.
• Es o son provocativos,
cualquier cosa es para ellos motivo de burlas.
• Su forma de resolver
conflictos es por medio de la agresión.
• No es nada empático,
es decir no se pone en el lugar del otro.
Comportamiento de las víctimas del bullying
• Son comúnmente niños tímidos
y poco sociables. Ante un acoso constante,
lógicamente se sienten angustiados, tensos y
con mucho miedo a tal grado que
en algunos casos puede llevarlo a consecuencias
devastadoras.
• El niño o adolescente
se muestra agresivo con sus padres o maestros.
• Comienzan a poner
pretextos y diversos argumentos para no asistir a clases, ni
participar en actividades de la escuela .
• Se presenta un bajo
rendimiento escolar.
• La víctima comienza a
perder bienes materiales sin justificación alguna, o piden
más dinero para cubrir chantajes del
agresor.
• En los casos más
severos presentan moretones o agresiones evidentes en la cara y el cuerpo.
¿Cómo deben actuar los padres
ante un hijo acosador?
• Tienes y debes
acercarte a tu hijo, platica con él.
• Relaciónate más con
los amigos de tu hijo y observa qué actividades realizan.
• Una vez que hallas
creado un clima de comunicación y confianza con tu hijo,
pregúntale el porque de su conducta.
• Si comprobaste que tu
hijo es un acosador, no ignores la situación porque
seguramente se agravará, calmadamente busca la
forma de ayudarlo.
• Jamás debes usar la
violencia para reparar el problema. Violencia genera
violencia, ¿donde esta la solución? . Tampoco
culpes a los demás por la mala
conducta de tu hijo.
• Nunca
dejes de demostrarle amor a tu hijo, pero también debes hacerle saber que no
permitirás esas conductas agresivas e intimidatorios, deja muy claro además las
mediadas que se tomarán a causa de su comportamiento y en caso de que continúe
de esa manera.
• Cuando
se detecta un caso de bullying, los padres del niño deben trabajar
conjuntamente con la escuela para resolver el
problema de una forma inmediata.
Habla con los profesores, pídeles ayuda y
escucha todas las críticas que te den
sobre tu hijo. Mantente informado de como la
escuela esta tratando dicho caso y
los resultados que se están obteniendo.
• A
través de la comunicación con tu hijo podrás darte cuenta de sus gustos y
aficiones, canaliza su conducta agresiva por
ese lado; si por ejemplo le gusta el
futbol inscríbelo en un club deportivo, si le
gusta tocar algún instrumento
llévalo para que tome clases.
• Crea
un ambiente en tu hogar donde el chico se sienta con la confianza de
manifestar sus insatisfacciones y frustraciones
sin agredir . Enséñale buenos
modales.
• Debes enseñarle a tu
hijo a reconocer sus errores y a pedir disculpas a quienes
les halla hecho daño, elogia esa buenas
acciones.
¿Qué hacer si mi hijo es la
víctima?
• Investiga
minuciosamente lo que está ocurriendo, platica con sus compañeros
más cercanos, maestros, amigos y familiares.
• Platica con tu hijo y
hazle sentir que puede confiar en ti , asi él se sentirá
cómodo al hablar contigo acerca de todo lo
bueno y lo malo que esté viviendo.
• Hablen del tema.
Escucha a tu hijo, deja que se desahogue.
• Si efectivamente
comprobaste que lo están acosando, mantén la calma y no
demuestres preocupación, el niño tiene que ven
en tu rostro determinación y
positivismo.
• Comprométete a ayudar
a tu hijo, y muy importante, hazle saber que él no es el
culpable de esta situación.
• No trates de resolver
el problema diciéndole a tu hijo que se defienda y tome
venganza, esto empeoraría más la situación, es
mejor que discutan como pueden
responder asertivamente a los acosadores y
practica respuestas con tu hijo.
• Debes ponerte en contacto
con el maestro de tu hijo y con la dirección de la
escuela para ponerlos al tanto de lo que esta
ocurriendo, pídeles su cooperación
en la resolución de los hechos.
• En caso de que el
acoso continúe, tendrás que consultar a un abogado.
• Si tu hijo se
encuentra muy dañado emocionalmente por toda esta situación,
busca la accesoria de un psicólogo para
ayudarle a que supere este trauma. Pero
jamás te olvides que la mejor ayuda, en esos
casos, es la de su familia.
¿Qué deben hacer los maestros?
• Identificar a la víctima
y el agresor.
• Si ha detectado a la
victima verifique preguntando a su padres si el niño presenta
dificultad para conciliar el sueño, dolores en
el estómago, el pecho, de cabeza,
náuseas y vómitos, llanto constante, etc. Si es
necesario investigue y observe
más al niño.
• Siga al niño a una
distancia prudente a lo lugares donde comúnmente esta sin
vigilancia, seguramente se encontrará con el
chico que lo esta acosando.
• En las paredes de los
baños o las puertas de éstos, los niños suelen escribir
burlas y agresiones, revíselas.
• Platique con los compañeros
más cercanos de los niños( acosador y víctima),
pueden darle información valiosa.
• Tenga consciencia de
que tanto el agresor como la victima sufren, y por lo tanto
necesitan ser atendidos y tratados.
¿Cómo prevenir el bullying?
En la familia
La familia es la principal fuente de amor y educación de los niños; a partir de ella el niño aprende a socializarse basado en lo valores, normas y comportamientos enseñados en casa; evitemos que nuestro hogar se convierta en un escenario hostil o por el contrario demasiado permisivo, tenga por seguro que esto siempre llevará a que los niños adquieran conductas agresivas.
Otro
papel de la familia es estar informada constantemente, hay cursos en donde se orienta
a los padres sobre como mantener alejados a sus hijos del bullying; éstos se basan
normalmente en el amor y la comunicación entre padres e hijos, la observación para
detectar inmediatamente cualquier conducta anormal en el chico, estar al
pendiente de las actividades de su hijo, la existencia de límites y normas, asi
como el vigilar que se cumplan.
Estos
cursos le dan atención especial a la inteligencia emocional, es decir enseñan a
los padres como ayudarle a sus hijos a controlar sus emociones y
comportamientos hacia los demás de tal manera que puedan convivir
sanamente.
En la escuela
La disciplina que se mantenga en el salón y la escuela en general es fundamental para la construcción de una buena conducta.
Es importante la supervisión de los alumnos
dentro y fuera de los salones, en los patios, baños, comedores, etc.
Establecer
claramente las reglas de la escuela y las acciones que se tomarán en conductas
como el bullying.
Actuar
rápido, directa y contundentemente en el caso de que se presente alguna sospecha
de acoso escolar.
La
escuela debe estar abierta a las quejas y sugerencias del alumnado y padres de familia,
se sugiere la colocación de un buzón.
Realizar cursos o conferencias para padres y
maestros donde se puedas tratar temas como el bullying.
Adicionar
o reforzar el tema de educación en los valores en el curso de los
estudiantes.
Los
maestros pueden apoyarse en los alumnos para identificar casos de acoso, deben
ser muy inteligentes y saber quien puede darles información valiosa.
Instituciones gubernamentales
Asi como existen líneas gratuitas para hablar o preguntar sobre métodos
Asi como existen líneas gratuitas para hablar o preguntar sobre métodos
anticonceptivos, depresión, el sida,
alcoholismo, etc, deben haber líneas abiertas para que los niños puedan hablar
y denunciar conflictos que viven dentro y fuera del hogar.
Debe
haber mayores campañas para informar a los padres sobre esta situación , la
forma en que puede detectarse, tratarse y prevenirse.
Medios de comunicación y sociedad en
general
Los
niños son muy dados a ver programas de acción y violencia y aunque no lo
creamos éstos influyen demasiado en su comportamiento. Los medios masivos de
comunicación deben ser más concientes de ello y controlar más los contenidos
que emiten o publican.
La
sociedad en general también puede ayudar a prevenir y atacar el acoso entre los
niños, vigilando y no dejando pasar este tipo de suituaciones porque pensamos
se trata de una simple broma.
Cuando
un niño se burla, amenaza o pega a otro niño, se debe intervenir para que eso
no se repita.
¿Cómo debe actuar un niño que
es acosado?
• No demuestres miedo,
no llores ni te enojes: Eso es lo que el agresor pretende,
así que no le des esa satisfacción. Más tarde
podrás hablar o escribir sobre tus
reacciones y lo que sentiste en ese
momento.
• Si comienza a
molestarte no te quedes ahí, sigue caminando y no lo mires, ni lo
escuches .
• Si te insulta o
ridiculiza por ejemplo con frases como: "Eres un gallina", "un
miedoso", responde al agresor con
tranquilidad y firmeza, di por ejemplo: "No,
eso es sólo lo que tú piensas".
• Aléjate o corre si
crees que puede haber peligro. Vete a un sitio donde haya un
adulto.
• Platica con tus compañeros
o amigos lo que te esta pasando.
• Es muy importante que
también platiques sobre esto con un adulto a quien le
tengas confianza.
• Si no quieres hablar a
solas del tema con un adulto, pídele a un amigo o hermano
que te acompañe.
• Deja claro al adulto
con quien hables del tema que la situación te afecta
profundamente.
• Si sientes que no
puedes decir nada a nadie, trata de escribir una carta
explicando lo que te pasa. Dásela a un adulto
en quien confíes y guarda una
copia para ti.
• Recuerda que tú no
tienes la culpa de lo que te esta pasando.
• Debes saber que NO
estas solo(a), tienes amigos y adultos que te quieren y te
cuidan, acércate a ellos seguramente te ayudarán.
• Piensa que el niño que
te agrede tienes problemas, tal vez en casa, por eso actúa
de esa manera; no por eso vas a permitir que
trate así.
• Trata a los demás como
quieres que te traten a ti y ayuda al que lo necesite, así
cuando tú necesites ayuda, te ayudarán.
Fuente:
http://www.blogs.imer.gob.mx/arreglandoelmundo/files/2011/04/bullying.pdf
A veces, hablar de ciertos aspectos de la vida es hacer una referencia directa a las relaciones de poder. Muchos ámbitos habituales de la cotidianeidad de cualquier persona están teñidos de ellas. El trabajo, la familia, los centros educativos... En todos ellos se tejen estos complejos entramados en los que, obviamente, hay categoría superiores y otras supeditadas a ellas. Pero, y esto es algo común que ocurra en condiciones de estas magnitudes, las relaciones de poder terminan trastocándose en determinadas circunstancias. Es allí cuando aparece el abuso del poder que se detenta. Y también su derivado, el acoso.
EL BULLYING DOCENTE
Una de las modalidades de bullying que más se han puesto en práctica últimamente (o al menos que más notoriedad han cobrado, porque existe como tal desde que hay educación institucional) es la que se denomina como acoso escolar de profesores a alumnos, a veces pasada por alto o disfrazada como ejercicio de poder o de autoridad. Pero esto se ha ido convirtiendo en un auténtico problema para varios alumnos que ven día tras día como son sometidos por sus propios docentes, sin motivos aparentes.
El profesor que ejerce el acoso escolar suele ser una persona que transporta sus problemas cotidianos y sus frustraciones hacia su alumnado, que en realidad tendría que recibir de ellos instrucción y formación. Generalmente están convencidos de que deben aplicar rigurosamente su autoridad. Incluso el reconocido autor en materia de bullying Tim Field ha llegado a trazar un perfil bastante elocuente de estas personas, que tienen “rasgos narcisistas, paranoides, se autoconvencen de que tienen razón en su hostigamiento y de que su comportamiento es justo (…). Tienen sentimientos de inferioridad y fracaso; son incapaces de afrontar su incapacidad y para desviar la atención sobre sus limitaciones arremeten contra otros; son irresponsables e incompetentes”. Drástico pero no errado en sus palabras ha sido el investigador.
UN PROBLEMA QUE PUEDE LLEGAR A ACARREAR
GRAVES CONSECUENCIAS
El acoso de los profesores hacia los alumnos puede llegar a conllevar graves problemas para quien lo sufre, mucho más si se trata de un niño o un adolescente, pudiendo derivar en casos de absentismo escolar, trastornos de aprendizaje, rechazo a la educación formal y hasta incluso en episodios de violencia. Nada distinto al bullying entre pares en cuanto a consecuencias, pero con el agravante de ser practicado por alguien que se supone alcanzó su madurez como persona y que cuenta con una responsabilidad más que importante.
El acoso del profesor hacia el alumno
Al hablar de bullying y acoso escolar en general, siempre suele hacerse referencia a los maltratos efectuados y recibidos entre pares, o incluso de alumnos hacia profesores. Pero pocas veces se enuncia la situación inversa. Existen una gran cantidad de casos, de toda índole y magnitud, en donde los que se ven sometidos a agresiones y humillaciones son los alumnos. Y los victimarios son ni más ni menos que los encargados de su formación. Una realidad que va in crescendo día tras día y que se convierte en una preocupación no siempre revelada.
A veces, hablar de ciertos aspectos de la vida es hacer una referencia directa a las relaciones de poder. Muchos ámbitos habituales de la cotidianeidad de cualquier persona están teñidos de ellas. El trabajo, la familia, los centros educativos... En todos ellos se tejen estos complejos entramados en los que, obviamente, hay categoría superiores y otras supeditadas a ellas. Pero, y esto es algo común que ocurra en condiciones de estas magnitudes, las relaciones de poder terminan trastocándose en determinadas circunstancias. Es allí cuando aparece el abuso del poder que se detenta. Y también su derivado, el acoso.
Lamentablemente, un lugar donde una persona va a formarse como tal, a incorporar conocimientos, a instruirse para poder progresar en su vida, muchas veces termina transformándose en una tortura para algunos alumnos. Es que allí reciben todo tipo de maltratos, lo que más comunmente se denomina como bullying, un término que está harto en voga últimamente y que hasta ha alcanzado diversos subtipos del mismo.
Acaso una definición bastante acertada de lo que es el bullying la contempla un trabajo esbozado por Rodríguez Piedra, Seoane y Pedreira Massa, quienes indican con claridad que “no se trata de un episodio esporádico, sino persistente, que puede durar semanas, meses e incluso años. La mayoría de los agresores o bullies actúan movidos por un abuso de poder y un deseo de intimidar y dominar. Un rasgo específico de estas relaciones es que el alumno o grupo de ellos, que se las da de bravucón, trata de forma tiránica a un compañero al que hostiga, oprime y atemoriza repetidamente, y le atormenta hasta el punto de convertirle en su víctima habitual. Así pues, se define la conducta bullying como la violencia mantenida, física o mental, guiada por un individuo o por un grupo, dirigida contra otro individuo que no es capaz de defenderse a sí mismo en esta situación, y que se desarrolla en el ámbito escolar”
Pero, ¿qué pasa cuando el instigador es el profesor y no otro alumno?
EL BULLYING DOCENTE
Una de las modalidades de bullying que más se han puesto en práctica últimamente (o al menos que más notoriedad han cobrado, porque existe como tal desde que hay educación institucional) es la que se denomina como acoso escolar de profesores a alumnos, a veces pasada por alto o disfrazada como ejercicio de poder o de autoridad. Pero esto se ha ido convirtiendo en un auténtico problema para varios alumnos que ven día tras día como son sometidos por sus propios docentes, sin motivos aparentes.
El acoso escolar por parte de profesores hacia los alumnos es doblemente agravado. Si bien el bullying que se practica entre compañeros supone una relación de poder dialéctica entre dominador y dominado, el problema se establece entre pares, entre dos de una misma condición. No es el mismo caso cuando sucede de esta manera, ya que la equiparación de fuerzas es imposible. El poder es todo de uno. Y el docente es quien decide en última instancia.
Pero, ¿cuáles son las maneras concretas de acosar un profesor al alumno? Las hay muchas y muy variadas. Y lo que es peor, el blanco a elegir suele ser bastante amplio. Por empezar, lo más común es la agresión mediante palabra, la humillación en público frente a los compañeros, la burla, el desprecio y, por encima de todas las cosas, el trato desigual ante los demás. El comportamiento diferencial con unos y otros alumnos hace de esto algo mucho más grave de lo que parece en un sitio donde tendría que reinar la equidad.
Haciendo una mala interpretación del sistema educativo, algunos docentes abusan de su situación de poder, por una razón o por otra, de los alumnos “tomados como blanco”, que sufren desaprobaciones de exámenes sin causa visible, trato distante, mentiras, castigos, hasta llegar a casos graves de acoso como lo pueden ser el de tipo sexual (mucho más común de un profesor de sexo masculino al alumnado del género opuesto), alcanzando ribetes gravísimos como las amenazas de diferente índole. Pero en todo esto tiene mucho que ver la conformación de identidad del docente acosador.
PERFIL DEL AGRESOR
El profesor que ejerce el acoso escolar suele ser una persona que transporta sus problemas cotidianos y sus frustraciones hacia su alumnado, que en realidad tendría que recibir de ellos instrucción y formación. Generalmente están convencidos de que deben aplicar rigurosamente su autoridad. Incluso el reconocido autor en materia de bullying Tim Field ha llegado a trazar un perfil bastante elocuente de estas personas, que tienen “rasgos narcisistas, paranoides, se autoconvencen de que tienen razón en su hostigamiento y de que su comportamiento es justo (…). Tienen sentimientos de inferioridad y fracaso; son incapaces de afrontar su incapacidad y para desviar la atención sobre sus limitaciones arremeten contra otros; son irresponsables e incompetentes”. Drástico pero no errado en sus palabras ha sido el investigador.
Los docentes que practican bullying sobre alumnos suelen actuar motivados por el miedo. El miedo a perder el control de una clase, el miedo a ser agredidos por los jóvenes e incluso el miedo a ser dejados en ridículo por aquellos que se muestren talentosos e inteligentes. Lo más normal es que sean personas sin demasiada experiencia, formación ni preparación previa para tomar tamaña responsabilidad, la de educar a las futuras generaciones.
Lo que es peor en este tipo de casos es que la víctima puede ser, literalmente, cualquiera. No necesariamente tiene que ser un alumno retraído y con problemas de sociabilidad como sucede en el bullying entre pares, sino que perfectamente puede ser alguien totalmente trabajador y estudioso, como aquel que se la pasa generando revuelo o el que se mantiene indiferente. El problema está cuando el docente acosador pone el ojo sobre él, motivado por ese miedo a ser desbordado en cualquier sentido por el que se sabe un eslabón debajo en la cadena del poder educativo.
Existe un problema más sobre este asunto: el acoso de profesor a alumno suele quedar impune y contar con mayor complicidad aún que el bullying entre pares. Es que, generalmente, los espectadores no suelen intervenir por temor. Sobre este asunto, las investigadoras argentinas María Zysman y Flavia Sinigagliesi vierten un interesante comentario: “los compañeros temen defender a la víctima por la posibilidad de pasar a ocupar su lugar. Muchos se divierten ante la humillación de un compañero, también pueden sentir que el agresor hace aquello que ellos mismos no se animan. Se produce un contagio social que inhibe la ayuda e incluso fomenta la participación en los actos intimidatorios”.
UN PROBLEMA QUE PUEDE LLEGAR A ACARREAR
GRAVES CONSECUENCIAS
El acoso de los profesores hacia los alumnos puede llegar a conllevar graves problemas para quien lo sufre, mucho más si se trata de un niño o un adolescente, pudiendo derivar en casos de absentismo escolar, trastornos de aprendizaje, rechazo a la educación formal y hasta incluso en episodios de violencia. Nada distinto al bullying entre pares en cuanto a consecuencias, pero con el agravante de ser practicado por alguien que se supone alcanzó su madurez como persona y que cuenta con una responsabilidad más que importante.
Si bien, contemplando las estadísticas, las agresiones más comunes suelen ser de tipo verbal, seguidas por las físicas y por las de índole social (discriminación, rechazo, etc.), siendo bajos los índices de acoso sexual y amenazas con armas los menos frecuentes, las cifras han aumentado y se están convirtiendo en una señal de alarma. ¿Será momento de una profunda autocrítica por parte del sistema educativo y la hora de corregir las actitudes corporativas?
Por Carlos Cabezas López
Bibliografía:
CABEZAS LÓPEZ, Carlos. Violencia escolar: El acoso del profesor hacia el alumno. Madrid: CERSA, 2008. ISBN: 978-84-92539-19-2
Fuente:
http://www.soitu.es/participacion/2009/03/04/u/valahiei_1236122659.html